Se habla mucho de identidad de marca y muy poco de identidad textual. ¡Con lo importante que es! En este post veremos qué es una guía de identidad textual, cómo beneficia a la marca y cómo crear una guía de identidad textual en cinco pasos.
Las marcas son como personas
¿Te has parado a pensarlo? Percibimos a las marcas como si fuesen personas. De forma más o menos consciente, atribuimos a las marcas cualidades humanas positivas o negativas, y así las registramos mentalmente: hay marcas jóvenes, marcas elegantes, marcas simpáticas, innovadoras, inteligentes, con valores…
¿Qué es lo que define a la marca? ¿En qué se basan los consumidores para hacer esos juicios? ¿Es por el logo y los colores? Sí, y también por el contenido textual.
La marca habla con los consumidores a través de sus textos, y es muy habitual que el peso que estos tienen en el branding se infravalore. Son pocas las empresas que dedican recursos a su branding textual, al menos de momento. ¿La tuya no lo hace? No te preocupes 🙂 Tómalo como una oportunidad de mejorar, ¡conviértelo en tu ventaja competitiva!
¿Qué es una guía de identidad textual?
Es un documento que recoge diferentes consideraciones sobre la marca, sus cualidades y características, y cómo deben expresarse a través de los textos. Está destinado a las personas que se dedican a la creación de contenido textual. Su finalidad es guiar y unificar criterios, de manera que se mantenga una coherencia en la voz, el tono y el estilo de la marca a través de todos los formatos de contenido que se distribuyen mediante cualquier canal.
¿Por qué la identidad textual es tan importante para las marcas?
Porque la consistencia es clave para generar confianza en las personas. Y de la confianza nace la lealtad, algo que interesa a cualquier marca.
¿Qué impresión te causaría una persona que hoy te habla en un tono alegre e informal, mañana con gritos y pasado con un lenguaje plagado de cultismos? Está claro que no te parecerá confiable, porque pensarás (y con razón) que está algo desequilibrada, ¿no te parece? Pues lo mismo sucede con tu marca.
En la mayor parte de las empresas, la creación de contenido textual se le asigna más o menos al primero que pase por allí. En algunos casos se busca alguien que tenga habilidades de redacción, que escriba bien. En otros casos, ni siquiera eso. Además, la mayor parte de las veces, en la creación de contenido textual intervienen infinidad de personas, sin establecer ninguna pauta común. Y claro, el mensaje de marca se resiente.
Es importante recordar que el contenido textual no se limita a los textos de la web y los artículos del blog: hay contenido en todos los puntos de contacto con el cliente: copys de publicaciones en redes sociales, emails de cualquier persona del equipo, el micro-copy de la web o de la app…
En la creación de todos esos contenidos intervienen diferentes personas con perfiles y características muy diversos. ¿Cómo van a crear un mensaje consistente sin nada en común para guiarse?
¡Hay que ponerse manos a la obra! Para definir la identidad de tu marca, igual que estableces un logo y unos colores de marca, necesitas establecer una guía de identidad textual. La mala noticia es que hace falta invertir tiempo y esfuerzo para crearla. La buena es que te va a reportar muchas satisfacciones. ¿Quieres saber cuáles son algunas de ellas? ¡Sigue leyendo!
Beneficios de la guía de identidad textual
1. Contribuye a construir la imagen de marca y a hacer que destaquen sus cualidades positivas.
2. Te ayuda a mantener la coherencia de tu mensaje de marca a través de todos los formatos de contenido y en cualquier canal.
2. Facilita la creación de contenido y mejora la calidad del mismo, optimizando los recursos que se dedican a esto.
3. Hace que la creación del contenido sea escalable o pueda externalizarse sin que se resienta su calidad ni la imagen de marca.
4. Contribuye a mejorar la credibilidad y la reputación de la marca.
5. Mejora la experiencia del cliente, haciendo más personal su relación con la marca.
Como crear la guía de identidad textual de tu marca
Si no tienes ni idea de por dónde empezar, ¿qué tal hacer un poco de benchmarking? Aquí tienes una excelente recopilación con 14 ejemplos para inspirarte.
1. Empieza por lo básico
Cada marca tiene que buscar su propia identidad, su propio estilo que, como elemento diferenciador que es, no puede parecerse al de las demás. Sin embargo hay ciertos principios que deberían aparecer en cualquier guía de identidad textual. Cuidar la ortografía y la sintaxis contribuirá a una imagen más profesional y cuidada. Evitar la jerga y los tecnicismos favorece la comprensión del mensaje, igual que comunicar de forma clara y simple. Es muy difícil, por no decir imposible, mantener la atención del público objetivo con lenguaje rimbombante, excesivamente técnico o culto.
Según las necesidades específicas de tu marca, necesitarás definir ciertos términos para unificar criterios. Por ejemplo, ¿vais a decir redes sociales o a utilizar la abreviatura RRSS? O bien, ¿hay algún concepto importante para vuestra actividad que pueda expresarse con diferentes palabras que haga conveniente utilizar criterios? Es buena idea que participen varias personas pertenecientes a diferentes áreas del equipo, de forma que se recojan diferentes puntos de vista y las necesidades de todos los departamentos. La guía de identidad textual es una herramienta para todo el equipo.
2. ¿Ya has definido tu identidad de marca?
La identidad textual de tu marca es una parte de la identidad en general. Por eso, lo primero será definir la identidad de tu marca, y para ello, un buen ejercicio es pensar en ella como una persona. Ojo, esto no va de lo que tú crees que es tu marca. ¿Has oído lo de dime con quién andas y te diré quién eres? Pues este refrán también aplica aquí: tu público objetivo, tu equipo y tus socios, tu producto e incluso tu competencia intervienen en la definición de tu imagen de marca.
La «persona» que vas a crear tiene que conectar muy bien con tu público objetivo, con tu buyer persona. Por eso, la identidad de tu marca tiene que encajar con los valores y el propósito de tu empresa. Teniendo todo esto en cuenta podrás empezar a definir un tono de voz que encaje.
Escucha atentamente a tu público objetivo: presta atención a su forma de comunicarse. Después elige 3 a 5 adjetivos que expresen las cualidades principales de tu marca. ¿Crees que la persona en la que se está convirtiendo tu marca se llevaría bien con tu buyer persona? ¿Se caerían bien? Entonces vas por buen camino. Saber cómo es te irá muy bien para el siguiente punto: definir como habla.
3. Define tu voz y tu tono
No, no es lo mismo, y de nuevo comparar a la marca con una persona resultará de ayuda. Las personas tenemos siempre la misma voz pero adecuamos el tono a las situaciones, a las circunstancias, a nuestros interlocutores y a lo que queramos transmitir.
Del mismo modo, la voz es inherente a la marca, y debe permanecer inmutable a través de cualquier canal o formato de contenido. El tono está relacionado con la actitud, con los sentimientos que queremos transmitir. Por eso el copy de un tuit no tendrá el mismo tono que la página de preguntas y respuestas. Definir el tono implica responder preguntas como: ¿en qué persona hablaremos? O ¿utilizaremos voz activa o pasiva?
Una buena práctica es crear una lista de los formatos de contenidos que va a necesitar tu marca y dedicar algunas líneas a definir, al menos de forma general, el tono que debe emplearse en cada uno de ellos. Puedes hacerlo aún más útil añadiendo algunos ejemplos.
4. ¿Cuántos buyer-persona tienes definidos?
Si has hecho un trabajo suficientemente pormenorizado al estudiar a tu público objetivo, seguramente habrás definido más de un buyer persona, ¿verdad?
Los buyer persona pueden tener diferentes valores, diferentes puntos de dolor y estar interesados en diferentes características del producto que ofreces. Es importante tener en cuentas estas diferencias para crear versiones de tu mensaje adecuadas para cada uno de ellos.
5. Crea una guía del tono para tu equipo
Es bueno recoger estos puntos y las reflexiones asociadas en un documento al que luego irás dando forma para estructurar tu guía, que poco a poco irá tomando forma. Es importante que sea práctica, no excesivamente larga y fácil de utilizar.
Cuando esté lista, necesitas darla a conocer a todo el personal y promover su uso: después de todo el trabajo, tienes que asegurarte de sacarle partido. Lo mejor es publicarla en tu sitio web o en otro repositorio interno de contenidos. Así te asegurarás de que cualquier persona del equipo que necesite consultarla la tiene a mano.
Muchísimas gracias, Mercedes 🙂 Eso me alegra.
Saludos,
Muy interesante! Gracias